Lo primero que se plantea uno tras la jubilación es en qué ocupar el tiempo de ocio del que dispone, que ahora va a ser mucho. El Instituto de Mayores y Servicios Sociales (Imserso) ha sido en España el encargado de organizar la parte de ocio más gruesa de los mayores de 65 años.
Entre sus actividades cuenta con programas de vacaciones, que en el años 2014 ofertó cerca de 900.000 plazas, que aprovecharon en su mayoría hombres y mujeres (algo más elevado el porcentaje) de 65 a 74 años (48% del total por edades), pero que no desperdiciaron tampoco los que superan los 80 (19%). En su mayoría, los solicitantes cobran la pensión mínima, teniendo unos ingresos inferiores a los 742 euros mensuales.
Otra de las actividades más reclamada es la de termalismo, un programa que complementa las prestaciones de la Seguridad Social para aquellos que necesiten por prescripción facultativa tratamientos termales. En 2014 disfrutaron de estos métodos de salud algo más de 200.000 personas de la tercera edad.