Cuando llega la temporada baja, las costas españolas vuelven a acoger a miles de turistas, que comparten, además del deseo de buen tiempo y diversión, su madura edad.
Los mayores de 65 años toman el relevo de los turistas veraniegos, y campan a sus anchas por hoteles, discotecas, tiendas, paseos y playas. Los mayores también viajan de vacaciones, y para muchos de ellos la temporada alta empieza ahora, ya que es ahora cuando los jubilados pueden acceder a los viajes subvencionados por el Imserso. Esta afluencia masiva de turistas en temporada baja permite a hoteles y otras infraestructuras de las ciudades más turísticas del país ofrecer unos precios muy económicos, ya que esta ocupación otoñal, si bien no les supone grandes ingresos, posibilita mantener las instalaciones, y el personal fijo, en funcionamiento.
En los hoteles que participan en el programa del Imserso todo está programado para que disfruten de un ambiente relajado, o muy animado si así lo prefieren. Bailes, conferencias, visitas culturales, petanca, mus, gimnasia, etc. llenan el tiempo de ocio de los más activos. Paseos, largas charlas, siestas, TV y lectura ocuparán a los más sedentarios.